Una obra de Shakespeare que no es una tragedia es " El sueño de una noche de verano ", ya que es una comedia escrita alrededor de 1595 que narra la historia de dos parejas de amantes y personajes mitológicos. Shakespeare escribió muchas obras en géneros diferentes, incluyendo comedias , tragedias , obras históricas y romances . Comedias: A menudo presentan enredos románticos, personajes humorísticos y finales felices. Tragedias: Se enfocan en personajes nobles que enfrentan un destino funesto, como en Hamlet , Macbeth y Otelo . Obras históricas: Se centran en la vida de reyes ingleses. ¿Qué obras de Shakespeare no son tragedias y por qué siguen siendo fundamentales? TLDR: Las obras de Shakespeare que no son tragedias —comedias, dramas históricos y poemas— revelan su genio desde otros tonos: la risa, el poder y la belleza del lenguaje. Descubrirlas es entender la otra mitad del alma shakespeariana. Introducción No todo en Shakespeare es muerte, traición o destino. Tam...
El Estatus de King Lear como Obra de la Catástrofe Post-Auschwitz
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El tema principal de King Lear que analiza Samuel Beckett se centra en el nihilismo, el absurdo, la soledad y la angustia del desamparo derivados del sin sentido del poder y del dolor humano, así como el absurdo del lenguaje humano.
La lectura que Beckett hace de King Lear está plasmada de manera ejemplar en su obra Fin de Partida (Endgame), y su enfoque se alinea con una visión crítica que define la tragedia shakesperiana como una obra del vacío y nihilista.
A continuación, se detalla cómo se relaciona el análisis de Beckett con la tragedia de Shakespeare:
Índice del Texto
El Absurdo y la Imposibilidad de Trascendencia
La Diminuta del Sujeto Trágico
La Locura y la Desintegración
El Estatus de King Lear como Obra de la Catástrofe Post-Auschwitz
La Problemática Textual y la Cimentación de la Tragedia
La Apropiación de King Lear en la Era Post-Auschwitz:
Catastrofismo
La Dualidad Textual: Q1 y F
El
Debate de la Autoridad Textual y la Edición
Conflacionada
Implicaciones de la Cuestión Textual en la Era Post-Auschwitz
Preguntas Frecuentes (FAQ)
1. El Absurdo y la Imposibilidad de Trascendencia
Beckett, influenciado por la catástrofe del Holocausto (Auschwitz), aborda la imposibilidad de la trascendencia en la cultura de pos-Auschwitz, lo que se traduce en un encarcelamiento en la inmanencia.
El crítico Jan Kott, cuya lectura absurda de King Lear influyó en el teatro de posguerra, estableció paralelos entre la visión desesperanzadora de King Lear y el drama de Beckett. Kott argumentaba que King Lear es un prototípico drama absurdo que describe un cosmos sin Dios, resistente al significado y la comprensión.
La lectura de Kott, que a su vez se relaciona con la crítica de Beckett, sugiere que el mundo de King Lear hace una "burla trágica de todas las escatologías" (ya sean cristianas o seculares), negando la existencia de un orden divino o una bondad natural.
Para Kott, y por extensión para la lectura de Beckett, la obra muestra una situación donde es imposible morir "valientemente" o morir en absoluto, ya que el absurdismo no permite ninguna vía de escape de la situación inmanente.
2. La Diminuta del Sujeto Trágico
Adorno, al analizar la obra de Beckett, argumenta que los personajes dañados e incapacitados en el teatro beckettiano atestiguan la liquidación de la subjetividad en la vida pos-Auschwitz.
Beckett, según Adorno, escribe la "comedia de lo trágico", representando el colapso completo del sujeto trágico, que es reducido a una figura cómica "inútil y vilipendiada".
Esta disminución del sujeto voluntario de la tragedia se refleja en la forma en que Fin de Partida reduce el nombre de "Hamlet" a "Hamm" (aunque Beckett discrepó de esta lectura). Este cambio simboliza el daño mutilador infligido al sujeto, su reducción a un estatus de cosa consumible.
Adorno contrasta a Hamlet, que se entiende como el nacimiento del sujeto, con Hamm, quien revela el daño hecho al sujeto.
3. La Locura y la Desintegración
King Lear es visto, bajo este enfoque, como una obra nómada que plantea el sin sentido del dolor humano y el desorden.
El bufón de Lear, que es una de las "más excelsas creaciones" de Shakespeare, puede ponerse por encima del rey como maestro en el absurdo del gran teatro del mundo.
En la obra de Shakespeare, la locura de Lear es resultado de la radicalidad del desorden político y natural que él mismo desata. Si bien en otras lecturas la locura es una "reserva crítica de lo humano", para la perspectiva del absurdo, la obra plantea un universo donde el individuo es abandonado y dejado a oscuras.
Ergo, Beckett analiza King Lear enfocándose en su violación del orden y la ausencia de un significado trascendente, temas que convergen en su propia exploración del absurdo de la condición humana en la era posterior a las grandes catástrofes. La Tragedia Shakespeareana: King Lear, en el contexto de su apropiación y texto en la era Post-Auschwitz, se convierte en un punto focal de debate que abarca su problemática condición textual, su resonancia como alegoría de catástrofes modernas, y las diversas estrategias estéticas y políticas adoptadas por los dramaturgos posteriores.
El debate se desarrolla en torno a tres ejes principales extraídos de las fuentes:
4. El Estatus de King Lear como Obra de la Catástrofe Post-Auschwitz
King Lear ha sido consistentemente interpretada como la obra de Shakespeare que mejor interpela las catástrofes de los tiempos modernos, tipificadas por el Holocausto.
La Relevancia Trágica y Política
Desde la Segunda Guerra Mundial, King Lear desplazó a Hamlet para ocupar la cúspide del canon shakesperiano debido a su capacidad para reflejar las catástrofes modernas.
La obra dramatiza "los desastres del mundo" y una visión de devastación "oscura y mortal".
La continua relevancia de King Lear en la cultura de posguerra se debe a que habla con urgencia a audiencias que viven las secuelas del "horror genocida y la guerra total global".
Se argumenta que King Lear funciona como una alegoría política del siglo XXI, abordando temas universales como el colapso del orden, la fragilidad de los sistemas políticos y el peligro del poder sin restricciones.
Las decisiones impulsivas de Lear, como la división de su reino, reflejan los errores políticos modernos que conducen a la fragmentación y el caos.
La Ceguera como Catástrofe
La ceguera, tanto implícita como física, es un tópico central que marca el inicio y la resolución del conflicto:
Al comienzo, el Rey Lear muestra una ceguera implícita al no poder distinguir la adulación vacía del amor genuino, lo que le lleva a desterrar a Cordelia.
Esta falta de percepción y sabiduría inicial es el primer indicativo de su incompetencia como líder.
Irónicamente, la visión de Lear solo se aclara "tras su locura", un proceso que le otorga una suerte de lucidez de la consciencia y le permite ver sus errores.
El Conde de Glocester experimenta un patrón similar: su ceguera implícita al creer las falsas acusaciones de Edmundo precede su pérdida de un ojo, tras lo cual "recupera la vista" moral y reconoce su error.
5. La Problemática Textual y la Cimentación de la Tragedia
El texto de King Lear existe en múltiples versiones, lo que complica la identificación de una única fuente para la apropiación.
Las Versiones y la Conflación
La obra fue impresa en dos versiones principales: el Primer Cuarto de 1608 (Q1), titulado M. William Shak-speare: His True Chronicle Historie..., y el Primer Folio de 1623 (F), titulado simplemente The Tragedie of King Lear.
Ambas versiones difieren significativamente: F contiene más de 100 líneas ausentes en Q1, pero F carece de unas 300 líneas presentes en Q1 (incluyendo la escena 4.3).
Tradicionalmente, desde principios del siglo XVIII, los editores han combinado Q1 y F para producir un "texto conflacionado". Sin embargo, la combinación es imposible en su totalidad debido a lecturas mutuamente excluyentes (por ejemplo, "division of the kingdoms" en Q1 versus el singular "kingdom" en F).
El Debate sobre la Autoridad Textual
A lo largo del siglo XX, las teorías sobre el origen de los textos impresos han competido: inicialmente se prefirió F (creyendo que Q1 era una transcripción deficiente).
Más tarde, surgió la teoría de que Q1 fue impreso directamente del manuscrito de Shakespeare, mientras que F podría ser una revisión posterior por otro dramaturgo, o una revisión hecha por el propio Shakespeare después de la impresión de Q1.
A pesar de estas diferencias, se sostiene que King Lear puede (y debe) ser considerado como una entidad textual y formal singular, aunque las variaciones Q1/F pueden ser relevantes cuando un autor contemporáneo interviene para apropiar o modificar el texto.
La edición actual del Folger se basa en F, pero incorpora lecturas de Q1 y enmiendas editoriales para corregir errores o deficiencias en el Folio.
6. La Apropiación de King Lear en la Era Post-Auschwitz: Catastrofismo
La apropiación de King Lear en la posguerra está marcada por el Catastrofismo, una forma trágica que se niega a ofrecer consuelo o cierre, influenciada por la filosofía de Theodor Adorno.
El Rechazo a la Resolución y la Autonomía del Sujeto
King Lear es único para la apropiación Catastrófica debido a su violación del cierre formal. Su final subversivo se aparta de otras tragedias de Shakespeare al no restaurar el orden social y político.
El Catastrófismo, asociado a dramaturgos como David Rudkin, Howard Barker y Sarah Kane, es una forma de drama trágico que rechaza la resolución y retiene la autonomía del sujeto trágico.
En contraste con Auschwitz, que reveló la dominación total del sujeto, el Catastrófismo insiste en la posibilidad y necesidad de la libertad en medio del desastre.
La apropiación Catastrófica de King Lear busca interrogar la destrucción del sujeto en la vida de pos-Auschwitz.
Tendencias de Apropiación Post-Auschwitz
El trauma de la guerra y el Holocausto generó lecturas y apropiaciones divergentes de la tragedia:
La obra es un prototipo del Teatro del Absurdo, un documento del Campo de Concentración que representa un cosmos sin Dios, donde la vida humana es absurda y sin significado.
Se enfatiza la agencia humana y la necesidad de acción política. Lear es un "crítico social radical" que despierta a las injusticias.
Edward Bond, Lear (1971). Bond critica la "resignación total" de la tragedia de Shakespeare como insuficiente ante el Holocausto y la bomba H.
Catastrófismo
1980s-1990s
Rechazo de la teleología y la ideología humanista/cristiana. Uso de la obra para insistir en la autonomía moral y la no-identidad del sujeto.
Howard Barker, Seven Lears (1989); Sarah Kane, Blasted (1995).
Ejemplos Específicos de Apropiación Catastrófica
Howard Barker (Seven Lears): Barker ve King Lear como contaminada por una visión "cristiana, humanista liberal". Su precuela, Seven Lears, subvierte la noción de la iluminación moral de Lear. El Lear de Barker rechaza la noción de un "bien común" ético, buscando en cambio la autonomía moral, alineando su crítica con Adorno y su examen de la ética en la cultura post-Auschwitz.
David Rudkin (Will's Way): Rudkin, influenciado por la degradación del ser humano a objeto, se enfoca en el personaje de Edgar/Poor Tom. Edgar, a través de su transformación y el exilio, representa una reautoría del yo (self re-authorship) y la no-identidad del sujeto, una resistencia a la determinación identitaria en un mundo totalizado.
Sarah Kane (Blasted): Kane utiliza la apropiación de King Lear, especialmente la escena del acantilado de Dover, para desafiar la inmanencia totalizada del capitalismo tardío. Su personaje Ian (que encarna la ceguera de Gloucester y la locura de Lear), al morir y seguir "vivo", crea una metáfora de vida efímera que trasciende la distinción filosófica convencional entre lo material y lo metafísico, abriendo un espacio para la autonomía.
La Cuestión Textual de King Lear es un eje central en el debate sobre la apropiación de la obra en la era Post-Auschwitz, ya que su problemática condición de texto múltiple refleja y amplifica la ruptura formal y la falta de clausura que la estética Catastrófica valora como reflejo del desastre moderno.
La discusión sobre las ediciones de King Lear se centra en la existencia de dos versiones principales publicadas en el siglo XVII, y en las subsiguientes teorías sobre su origen, autoridad e integridad.
7. La Dualidad Textual: Q1 y F
La obra fue impresa originalmente en dos versiones durante el primer cuarto del siglo XVII:
Primer Cuarto (Q1): Publicado en 1608. El título largo hace referencia a la historia: M. William Shak-speare: His True Chronicle Historie of the life and death of King Lear and his three Daughters....
Q1 se caracteriza por cientos de líneas de verso divididas erróneamente o presentadas como prosa. Fue corregido exhaustivamente mientras se imprimía, lo que resultó en variaciones de lectura entre diferentes copias, a veces por correcciones competentes y otras veces por "miscorrecciones".
Una segunda edición en cuarto (Q2) apareció en 1619, siendo principalmente una reimpresión de Q1 con correcciones y nuevos errores, manteniendo el título de Q1 y la fecha de 1608.
Primer Folio (F): Publicado en 1623 en la colección de obras de Shakespeare. Su título es más conciso, simplemente The Tragedie of King Lear. Este cambio de Historie a Tragedie señala las raíces de la historia como crónica y su recepción como tragedia en la cultura moderna temprana.
Existen diferencias significativas entre Q1 y F:
Omisiones y adiciones: F contiene más de 100 líneas que están ausentes en Q1. A su vez, F omite unas 300 líneas presentes en Q1, incluyendo la escena completa 4.3. Estos pasajes que son únicos a una u otra versión a menudo se agrupan en secciones extensas.
Lecturas distintas: Q1 y F difieren en las lecturas de más de 800 palabras. Por ejemplo, en el discurso inicial de Gloucester, Q1 se refiere a la planeada "division of the kingdoms" (plural), mientras que F imprime la versión en singular, "kingdom".
8. El Debate de la Autoridad Textual y la Edición Conflacionada
La existencia de estas versiones ha generado debates editoriales fundamentales sobre la autenticidad y la forma singular de la obra.
La Tradición Conflacionada y el Problema de la Singularidad
Desde principios del siglo XVIII, los editores han intentado combinar Q1 y F para producir un "texto conflacionado". Sin embargo, esta combinación es imposible de completar en cualquier edición debido a que ambas versiones a menudo ofrecen lecturas alternativas que son mutuamente excluyentes.
La elección textual en estos casos (guiarse por Q1 o por F) ha dependido históricamente de las teorías sobre el origen de los textos impresos en el siglo XX.
Teoría Tradicional (Prefería F): Durante gran parte del siglo XX, se prefirió F, bajo la creencia de que Q1 pudo haberse originado a partir de una transcripción por taquigrafía de una actuación o de una reconstrucción memorística por actores.
Teoría Revisionista (Prefería Q1): Más recientemente, algunos críticos han favorecido Q1, basándose en la teoría de que fue impresa directamente desde el manuscrito de Shakespeare. Según esta visión, F podría ser el resultado de una revisión posterior realizada por otro dramaturgo tras el retiro de Shakespeare.
Teoría de Versiones Distintas (Evita la Conflación): Una tercera teoría sostiene que Q1 y F son versiones shakesperianas distintas e independientes que no deberían combinarse en una sola edición. Quienes apoyan esto creen que Q1 se imprimió desde el manuscrito de Shakespeare y que F es el producto de una revisión de la obra realizada por el propio Shakespeare después de la impresión de Q1.
A pesar de estas narrativas sobre los orígenes, se reconoce que la evidencia es cuestionable, lo que genera escepticismo sobre la certeza de cómo la obra asumió sus formas impresas. No obstante, los editores del Folger eligen F como base de su edición, no por considerarla más cercana a Shakespeare (lo cual ven imposible de establecer), sino porque F es un texto "mejor" al requerir menos cambios editoriales en la división de líneas y redacción que Q1. Aun así, esta edición incorpora lecturas de Q1 y enmiendas editoriales para corregir deficiencias y errores en el Folio.
9. Implicaciones de la Cuestión Textual en la Era Post-Auschwitz
La inestabilidad textual y la multiplicidad de King Lear se alinean estrechamente con la estética Catastrófica y la apropiación post-Auschwitz de la obra:
La Unidad Textual y la Fragmentación
Aunque existen variaciones Q1/F, la postura predominante en los estudios es que King Lear debe ser considerado como una entidad textual y formal singular, aunque las diferencias son relevantes cuando un autor interviene para apropiar o modificar el texto.
Howard Barker, un dramaturgo Catastrófico, utiliza la apropiación de Shakespeare para "abrir" las "fisuras morales" del texto, un acto de "fidelidad—incluso recuperación" a la obra original que, a pesar de haber sido contaminada por lecturas humanistas, es genealógicamente Catastrófica en su transgresión estética. La forma fragmentaria de la obra (o sus múltiples formas) la hace "únicamente viable para la apropiación Catastrófica".
La Violación del Cierre Formal
La Catástrofe (entendida en el contexto de la dramaturgia como el desenlace o clausura de la obra) es violada por King Lear. Su final irruptivo y subversivo se niega a restaurar el orden social o político.
La disputa sobre qué texto se utiliza para representar el final refuerza esta ambigüedad:
El Folio (F) proporciona una versión con direcciones escénicas más claras y una resolución política ambigua, donde Edgar podría ser el nuevo rey, pero el final sigue siendo "desconcertantemente indefinido".
El Cuarto (Q1) ofrece aún menos resolución, careciendo de la dirección escénica que indica la muerte de Lear y omitiendo el pasaje en el que Lear parece morir en un éxtasis de esperanza por Cordelia.
Esta ambigüedad, reforzada por la falta de una versión definitiva, formaliza un "exceso irruptivo" y un fracaso en la reconciliación, que resulta en una estética fragmentaria que Adorno (teórico clave del Catastrófismo) exige para el arte después del Holocausto.
La Multiplicidad en la Traducción
La ambigüedad textual se extiende a la traducción y apropiación lingüística. Traductores como Nicanor Parra, al traducir Rey Lear, desafían la convención de ofrecer un estilo uniforme. Parra, de manera similar a la técnica de versiones múltiples de Montezanti, recurre a la doble versión (inglés y castellano lado a lado) en ciertos pasajes. Esta multiplicidad lingüística formaliza la incertidumbre de la identidad de Lear ("¿quién soy?" "¿rey o mendigo?").
La pluralidad textual de King Lear permite, por lo tanto, que la obra sea continuamente reelaborada, no solo por su contenido sobre el poder y la justicia, sino por su forma inherentemente fragmentada e irresoluta, características que la hicieron la tragedia shakesperiana "ejemplar" después de Auschwitz.
Preguntas frecuentes (FAQ)
P1. ¿Por qué se vincula King Lear con la idea de catástrofe post-Auschwitz?
El texto propone que King Lear, con su desplome moral, violencia destructiva y el cuestionamiento del sentido humano, ofrece un modelo para pensar las catástrofes modernas, incluyendo el Holocausto, como eventos que desafían nuestras categorías éticas y estéticas.
P2. ¿Qué se entiende por “obra de la catástrofe”?
Se refiere a una obra literaria que no solo representa un desastre o tragedia, sino que en su forma y estructura problematiza los límites del lenguaje, del sentido y de la representación ante lo insoportable.
P3. ¿Cómo se relaciona el Holocausto con la recepción de Shakespeare?
Después de Auschwitz, muchos críticos plantean que algunas obras clásicas deben releerse para reconocer que ciertos momentos históricos trastocan las garantías del humanismo tradicional. King Lear se convierte en un punto de entrada para esa relectura crítica.
P4. ¿Qué papel tiene el lenguaje o el silencio en King Lear según este enfoque?
El texto señala que las tensiones entre lenguaje expresivo y el silencio ante lo que no puede decirse son cruciales. En la catástrofe, el lenguaje puede romperse o quedar insuficiente, y ese quiebre es parte de lo que la obra articula.
P5. ¿Existen críticas a esta lectura de King Lear?
Sí, algunos críticos argumentan que aplicar el paradigma del Holocausto corre el riesgo de sobreinterpretar o forzar analogías. Otros defienden lecturas más tradicionales basadas en el contexto histórico de Shakespeare.
P6. ¿Qué relevancia tiene esta lectura hoy en día?
La lectura sugiere que King Lear sigue siendo pertinente porque permite reflexionar sobre el colapso ético y estético del mundo moderno, las crisis de sentido y los límites de la representación en situaciones extremas.
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